martes, 24 de mayo de 2011

Noche callada, noche infinita
Noche de cristal, de luna rota, de sueño sin paz
Quise amarte y te ame
Quiero olvidarte, no podre
Cansada ilusión, agudo recuerdo
Al ocaso te tuve, con el sol te perdí
El viento canta, los arboles bailan
Todo va al son de la ausencia,
La calle vacía no será mas el escenario para estos desenamorados
El cielo tirita, el firmamento llora
Al terminar el amor, se consume una estrella
Miraremos atrás
Nos queda el pasado, el abrigo del recuerdo
Y como roja promesa, el horizonte lejano

jueves, 3 de junio de 2010

Cierra los ojos, no quiero que me veas llorar; te quise… mentira, aun te quiero. Un último beso, con sabor a resignación. No te entiendo, en realidad nunca lo hice, pero como siempre me decías, las cosas no se resuelven con entender. Mañana te recordare, ¿me recordaras tú a mí? Quisiera creer que si. Temo pensar en mañana, los comienzos son algo que solía disfrutar, entonces la vida era un juego que me gustaba, hoy, las ganas de seriedad me invaden, muy ejecutiva, muy organizada, la espontaneidad esta perdida. No imparta cuanto me despida, siempre me quedaran las ganas de un ultimo abrazo, y al final, siempre querré un poco más…
Te pienso y te llamo

Pero cobarde, termino por no hablar

Y cansada y dolida me recuesto

Tengo ganas de soñar…
El inacabado espacio que se dibuja en tus ojos

El humo de tu cigarro y lo que quieres conmigo

Tu frente en la ventana y ese pálido beso

Todo es sobre mí, sobre la historia que quedo por escribir, inicio que no pudo empezar

Esa promesa que es palabra y no más

El sonido del agua al hervir y el té que no serví

Me asalta a menudo el anhelo de tu regreso

El desgaste de mi eterna paciencia me ha hecho a mi misma eterna

Soy yo la que se disfraza de ilusión y se hace añicos conteniendo el tiempo que a

modo de capricho te guardo, tiempo en pausa que no se gasta, pero se añeja y se hace

amargo, como yo, como mis miedos.

sábado, 17 de octubre de 2009

En cuestión de palabras ya todo esta dicho, en cuestión de ideas, creo que también. Ambas premisas me parecen verdaderas y cada que escucho hablar de originalidad a los demás, internamente me rio. La misma anatomía, los mismos deseos, los mismos instintos que vienen y van de acuerdo al devenir de los antojos de ciertos grupitos de personas (y cuando digo cierto grupito de personas me estoy refiriendo a científicos, políticos y Brad Pitt) son los que determinan lo que esta de moda pensar y sentir ¿Qué pasa entonces? ¿Puede alguien decirme en donde esta la originalidad? En ir guardando y sacando cositas del baúl del patrimonio de creaciones de la humanidad y cambiarle el color o el olor. No hay más.

Lo cierto es que, contrario al discurso de algunos comerciales publicitarios de refrescos y perfumes, no me parece que exista nadie que sea particularmente original e inédito. Considero además, que, nos guste o no, estamos condenados a repetir los mismos sentimientos, las mismas palabras y, si, las mismas ideas que alguien ha tenido en Checoslovaquia o en Francia en el siglo pasado o en este, por que en realidad nuestra vida, nuestra cotidianeidad, no es mas que un cumulo de lo ya dicho, lo ya hecho.

jueves, 27 de agosto de 2009

jueves

La noche estaba por caer sobre la ciudad cuando llegue a mi departamento. Al abrir la puerta me tope con un reguero de gente y un fuerte olor a cigarro. Algunas caras me eran conocidas, otras no, en aquel momento me dio igual. Sin saludar a nadie me pase de largo hasta mi recamara, me recosté sobre mi cama y trate de cerrar los ojos, al instante escuche la perilla de mi puerta girar y apareciste tu, tenias las mejillas algo rojas y aspecto de desconcierto, te disculpaste y de prisa desapareciste del umbral. Por no se que razón, te seguí, esquivando gente lo mas rápido que pude, llegue hasta ti, estabas sentado en la banqueta, me detuve un poco para contemplarte a distancia, tenias la espalda un tanto encorvada y los codos sobre tus rodillas, te encontré demasiado gris y supe entonces que eras tu la melancolía misma. Me senté a tu lado y en seguida me percate de que no sabia que decir.
-Adriana – solté por final -miguel- me contestaste mientras me mirabas con aquella expresión, con aquellos ojos, los ojos de la melancolía, fue entonces que supe lo que era respirar. Aun no sabría decir si pasaron solo unos segundos o una vida entera desde ese momento y hasta que, en silencio, tomaste mi mano para recorrer juntos la calle de la ciudad.

sábado, 1 de agosto de 2009

un dia antes

El motor del auto se detuvo, ya solo eso podía faltar. El tiempo no siempre mejora las cosas, pero que se le va a hacer. Una nube negra en el horizonte ¿un poco de lluvia tal vez? Mitigaría el calor, si, pero nada más.

Uno, dos, tres, cuatro son los autos que han pasado a mi lado, solo uno se detuvo para preguntar si todo está bien, por no sé por qué razón he contestado que si, este se fue de largo hasta desaparecer. No todas las oportunidades están para tomarse, pensé.

Esta por caer la noche, creo que dormiré en el asiento de atrás, de repente, la prisa por llegar se ha desaparecido, en su lugar me ha atrapado el sueño. Al parecer aun no han notado mi ausencia, mi celular no ha sonado desde ayer, mejor así, no tengo ganas de inventar explicaciones para mi ausencia. Un poco de silencio suena bien.

El sol sobre mi cara ¿ha amanecido ya?